Recuerda las gloriosas hazañas de Manio Aquilio, cónsul en el año 101 a.C. con Mario, cónsul por quinta vez. Enviado a Sicilia para dar fin a la guerra de los esclavos, libró contra ellos una gran batalla, mató por su propia mano a su rey Atenión, aunque herido en la cabeza, dispersó a todo el ejército y regresó a Roma con los honores de la ovación.
Esta es la primera vez que aparece el título del magistrado "III VIR" (trium viri) en las monedas, sin embargo, no parecen los nombres de los otros dos magistrados que formaban el Triunvirato. La moneda recuerda las glorias hazañas de Manius Aquilius, cónsul con Mario por quinta vez, enviado en el 101 a.C. a Sicilia para dar fin a la Guerra Servil o de los esclavos. M. Aquilius regresó victorioso a Roma después de matar por su propia mano al esclavo Euno y dispersar a sus partidarios.