Jetón holandés de 1591. Rechazo de las negociaciones de Paz con España

Tras la fallida expedición de la Armada Invencible para la invasión de Inglaterra y algunos fracasos militares en los Países Bajos Españoles, Alejandro Farnesio mandó a Madrid, en 1589, a su consejero Richardot para que le presentara a Felipe II una propuesta de paz con los rebeldes holandeses. Entre los puntos de esta propuesta, se estipulaba autorizar el culto calvinista en privado a las provincias de Holanda y Zelanda, las dos únicas que quedaban por someter; en cambio, en ambas, el culto católico sería público, los rebeldes depondrían las armas y volverían a la autoridad del Rey.

Felipe II recibió con escepticismo esta propuesta, pues no se fiaba de los rebeldes holandeses, ya que aún se respiraba en el ambiente el último acercamiento a la tolerancia religiosa de 1566, que acabó desembocando en la llamada “furia iconoclasta”, donde turbas de fanáticos calvinistas holandeses provocaron incendios, saqueos y expolios de conventos e iglesias, así como profanación de imágenes, asesinatos de católicos, religiosos, etc. Sin embargo, el Rey era consciente de que continuar la guerra era un desgaste de vidas y recursos económicos considerables para el Imperio, por lo que ante tal dilema pidió opinión al Papa. Mientras tanto, autorizó a Farnesio a buscar un acercamiento con los rebeldes para tantear las posibilidades de negociación de paz. Tras esto, el Papa Gregorio XIV designó al nuncio papal en Colonia como intermediario entre los españoles y los holandeses, y el Emperador Rodolfo II se ofreció a colaborar en las negociaciones, proponiendo las ciudades de Colonia o Frankfurt para las reuniones.

Sin embargo, en 1591 los rebeldes holandeses estaban envalentonados ante la fallida toma de la ciudad Bergen-Op-Zoom y la isla de Bommel por parte de las tropas españolas, los motines que estaban sufriendo y, sobre todo, por la marcha de buena parte del ejército imperial a Francia para combatir junto a la Liga Católica en la Guerra de religión gala, por lo que finalmente rechazaron las negociaciones de paz.

Encuadrado en este contexto, los holandeses acuñaron este jetón en la ceca de Dordrecht en 1591. En el anverso se representa a una doncella, representación de Holanda, dormida dentro de un cerco con la puerta abierta al que se acercan dos embajadores imperiales con ramas de olivo, mientras soldados saltan el cerco y al fondo se divisa un tercio español. Por su parte, en el reverso la doncella se encuentra protegida por dos alabarderos dentro del cerco ya cerrado, mientras arcabuceros holandeses ponen en huida y matan a los españoles. La leyenda es PAX PATET INSIDIIS TVTA SALVS BELLO (La paz es una artimaña, lo mejor es la guerra). Sin duda, el mensaje que la pieza trata de transmitir al pueblo sobre el que ejercen su influencia los rebeldes calvinistas es que los deseos de paz de los españoles no son verdaderos, quizás una medida de ganar tiempo para recuperar su ejército y economía, por lo que lo mejor es proseguir con la guerra.

Si y no @Marqués de la Ensenada, en principio estoy totalmente de acuerdo con su comentario, pero tanto usted como yo sabemos que hay gente que colecciona por coleccionar y acumula piezas por acumular.

Vivimos una época que el coleccionismo de algunas piezas se vuelve pura especulación, gran cantidad de subastas, tiendas online etc.. Y ese gran detalle de mirar la pieza, de saber por que se hizo y que paso en esa época esta un poco, digamos olvidado.

Por ese motivo me encanta (y perdón por parecer pelota) los post que a parte de enseñarnos una pieza, nos cuentan tanto su historia como su intrahistoria.

Esperaremos la siguiente "lección"...

Un abrazo!!