Pues resulta que a mi hermano lo mandaron a Cáceres a hacer la mili, cosa que odiaba con todas las fuerzas de su alma y odió de camino Cáceres. Pero lo peor es que su primer trabajo se lo dieron también en Cáceres y seguía odiándola. Yo no la conocía y por lo que él me decía pensaba que sería horrorosa, hasta que una vez fuimos a verlo y me encantó. Después he vuelto a ir y siguió encantándome. Eso sí, de humedad, que no me veas, en el pasillo de la casa de mi hermano se formaba niebla.
Salud.