Hola a todos, para esta sección traigo otra de esas monedas que no son un FDC, pero que considero piezas de gran relevancia histórica y que además despertaron mi interés por la numismática. Se trata de
2 Reales acuñados en
Potosí a nombre del Rey Don
Felipe V presentando la acuñación característica de las monedas coloniales acuñadas en ultramar bajo el reinado de la
Casa de Borbón, más cuidada y con una mayor calidad que las piezas de la dinastía anterior. La moneda que muestro presenta además otra característica que la convierten en una moneda muy singular pues, aparte de proceder de un pecio cuyas monedas apenas se ven en el mercado, estos 2 Reales se corresponden con
la fecha más escasa de todas las piezas recuperadas.
Datos de la pieza:Nominal: 2 Reales
Año: 1709
Ceca: Potosí “P” (actual Bolivia)
Metal: Plata de 917 milésimas
Reinado: Felipe V
Dinastía: Casa de Borbón
Ensayadores: Diego de Ybarbouru (1701-1727; siglas “Y”)
Estado de conservación: “Shipwreck effect” (presumiblemente estimo que circuló bastante, pues procede de un barco de la Compañía Británica de las Indias Orientales cuyo fin era la actividad comercial)
Pecio: “Princess Louisa” (naufragado en 1743 e integrante de la flota de la Compañía Británica de las Indias Orientales)
Leyendas:
Anv.: . “
PHILIPPVS V D G HISPANIARVM REX” (leyendas NO visibles) alrededor de una Cruz de Jerusalén con castillos y leones, con valor encima (“
2”), ceca a la izquierda (“
P”) y ensayador a la derecha (“
Y”) y fecha debajo (“
1709”).
Rev.: “
POTOSI 1709 EL PERV” (leyendas NO visibles) alrededor de 2 columnas de Hércules y, entre ellas, en 3 líneas: valor “
2” entre marca de la ceca “
P” y ensayador “
Y”, en la 2ª línea “
PLVS VLTRA” y en la 3ª línea fecha “
1709” entre ensayador “
Y” y ceca “
P” nuevamente.
Rareza: Dado que el cargamento del barco estaba compuesto mayoritariamente por monedas de plata, de baja denominación, destinadas al intercambio comercial, es más difícil ver piezas de gran calado en el mercado relativo a este naufragio. No obstante, existe un una fecha bastante escasa dentro de las piezas de 2 Reales que transportaba el barco y es, precisamente, la de 1709 por lo que la convierten en una moneda muy atractiva para coleccionistas de pecios y suelen tener un mayor remate.
Observaciones: La moneda en cuestión presenta las oxidaciones propias de una moneda que ha permanecido más de 200 años bajo el mar, pero que a pesar de esto, no ha perdido la calidad de detalle que vemos en los elementos visibles (tanto en anverso como reverso) y que demuestran que esta moneda en cuestión es un fiel testigo de la historia tanto española, como europea. Así y, dado que únicamente permanecen visibles los elementos significativos de esta moneda, sin apreciarse las leyendas, estimo que presenta un “grado 3” en lo referente al estado de conservación.
Información histórica: El 18 de abril de 1743 el buque “Princess Louisa”, proceden de la India naufragó cerca de la isla de Maio, en el archipiélago de Cabo Verde y con ella, toda su carga. El manifiesto revela que transportaba 20 cofres de "cabbo de barra", 69.760 onzas de "fin de barras de plata" y macuquinas de plata española. La Compañía de las Indias Orientales le otorgó a la nave “Princess Louisa” el honor de ser la segunda más joven de la flota, sólo por detrás de la bautizada como “Rey Jorge II”. Obviamente, se trataba de un barco más pequeño que los que solían surcar los mares bajo la “Union Jack” e imposible de comprar con los grandes galeones con los que España transportaba sus mercancías desde América.
Aún así, con dos mazos y tres mástiles, era uno de los más grandes de la flota inglesa, construida para alcanzar mayores velocidades que los barcos de combate y poder cumplir así su propósito comercial sin ser fácilmente apresadas. El capitán John Pinson contaba con una tripulación de 100 hombres y zarpó en lo que ya era su cuarto viaje a Bombay y Persia en marzo de 1743. Debido a que la travesía no era segura, pues los piratas se habían desplazado a estas aguas, la “Princess Luoisa” viajaba acompañada por un pequeño buque mercante, bautizado como “The Winchester” y el “HMS Sterling Castle”.
Cerca de las islas de Cabo Verde, el “Winchester” se quedó rezagado del grupo sin motivo aparente. El convoy prosiguió su viaje pero, en la noche siguiente, justo en las afueras de la isla de Maio, la “Princess Louisa” disparó su cañón para advertir al convoy de peligrosos arrecifes de coral que se encontraban próximos a ella. El “Winchester” así logro sortearlo, pero la “Princess Louisa” no tuvo tanta suerte y todo lo que pudo verse a la mañana siguiente fue un barco destrozado y varado en el arrecife. El “Winchester” intentó rescatar a la tripulación superviviente pero el estado del mar había empeorado considerablemente y se vio obligado a continuar con su travesía.
Fueron 41 hombres lo que sobrevivieron nadando hasta las playas de la isla de Maio y recibieron la ayuda de la población local hasta que, posteriormente, fueron rescatados por la marina portuguesa y devueltos a Inglaterra donde los oficiales del barco fueron juzgados por imprudencia. La existencia de corrientes inexploradas y los datos pobres de los mapas de navegación de la zona jugaron a su favor y fueron declarados inocentes.
Finalmente, en 1998 y 1999, el barco de la compañía conocida como “Arqueonautas” localizó y salvó el yacimiento, cuyos hallazgos procedentes de este naufragio han sido comercializados mayoritariamente en Houston (Texas) y un comerciante de joyas, pero algunas monedas también se vendieron en subasta pública celebrada en 2000-2001. La mayoría de las monedas eran “macuquinas” de plata procedentes de todas las cecas americanas que operaban en torno al año 1700 (incluidas las raras “macuquinas” de Bogotá), de baja denominación (valores inferiores a los famosos 8 Reales), en una condición media de conservación, con bastantes monedas agrupadas o conservadas en forma de “clump”.
El cargamento de monedas quedó de esta manera en manos de los cazatesoros y a día de hoy se pueden encontrar prácticamente en todo el mundo. Tal situación tiene su parte negativa, pero también positiva porque los coleccionistas acabamos valorando mucho más estas piezas que ciertas instituciones, donde terminarían metidas en una caja en algún sótano sin pena ni gloria.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.