Hola,
Leyendo este y otros foros numismáticos veo que con cierta frecuencia aparecen las quejas de los coleccionistas con países como Mónaco, Andorra, San Marino o el Vaticano (entre otros). Dichas quejas van referidas a la especulación y el abuso que estos pequeños países hacen con sus emisiones de monedas (euros) hacia los coleccionistas, aprovechando la alta demanda provocada por el coleccionismo de euros.
Y es que a nadie se le escapa el gran negocio que supone para estos países y para algunos distribuidores, con monedas, que en muchas ocasiones ni siquiera son puestas en circulación y van destinadas únicamente al coleccionismo y al mercadeo, vendiéndose muy por encima de su valor facial.
Por supuesto que cada cual es libre de coleccionar lo que quiera y gastarse su dinero de la manera que crea más conveniente, ahí no me meto. Pero viendo estas quejas se me ha ocurrido plantear la siguiente cuestión y compartirla en el foro para conocer la opinión de otras personas:
¿Creeis que podría plantearse la posibilidad de que las monedas emitidas por algunos países se lleguen a considerar como "de fantasía" o "no coleccionables", igual que ocurre por ejemplo con los sellos de determinados países, que no son admitidos en exposiciones filatélicas por haber sido emitidos con fines especulativos, sin que realmente tengan una utilidad postal? (Los que coleccionen filatelia conocerán casos como Ajman, Fujeira, Guinea, Yemen, etc).
Ya sé que son casos distintos, porque teóricamente una moneda de 1 euro de Mónaco siempre servirá para comprar por valor de 1 euro en cualquier país de la eurozona, por lo que tiene un valor monetario que un sello no tiene. Pero es solo un planteamiento a modo de ejemplo.