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| Tema: Evolución de los precios de los 4 reales peninsulares de Felipe III Vie Sep 25, 2015 5:27 pm | |
| Evolución de los precios de los 4 reales peninsulares de Felipe III por Ernesto Gutiérrez Guinea
En esta entrada nos dedicaremos al estudio de los precios de los 4 Reales peninsulares de Felipe III, así como al de su evolución en las últimas décadas, realizando un análisis crítico de las valoraciones realizadas en diferentes momentos por los autores que mas se han esforzado en guiar al coleccionista en cuanto a la situación de los precios en el mercado. También continuaremos nuestro análisis pormenorizado de piezas concretas de esta denominación acuñadas en este reinado en Cecas no usuales que emitieron en este periodo como son las de Granada ( 3 ejemplares) Valladolid (2 ejemplares). Antes de cualquier otra consideración, diremos que en nuestra opinión un ejemplar de 4 Reales de Felipe III es básicamente (salvo para fechas específicas) mas corriente que un ejemplar de Felipe IV para cualquiera de las Cecas que estudiemos. Esto puede chocarnos un poco, porque estamos acostumbrados a que con los 8 Reales peninsulares ocurra justamente lo contrario. Un 8 Reales de Felipe III es siempre mas raro (con la salvedad hecha anteriormente) que un 8 Reales de Felipe IV para cualquiera de las Cecas. Una explicación a este fenómeno puede establecerse en base a que la exportación de plata acuñada durante el reinado de Felipe III desde América a España, experimentó un crecimiento muy importante como consecuencia del sistema de extracción mediante amalgama con mercurio, y además, al hecho de que la inmensa mayoría de esta plata se acuñaba en piezas de 8 Reales que eran la que permitían un mayor rendimiento y una disminución de los costes de producción. Por tanto en este periodo las necesidades del comercio en la península, lo que exigían era la circulación de piezas con denominaciones menores como las de 4 Reales que fueron las que se emitieron en mayor cantidad en este reinado. La situación varía substancialmente en el reinado de Felipe IV en el que por una parte el volumen de los envíos a la península de plata americana se reduce y por otra parte la mayoría de la piezas de 8 Reales americanas se reenvían de inmediato hacia los banqueros flamencos, alemanes o italianos que facilitan los créditos para el sostenimiento de las continuas guerras interiores y exteriores que jalonan el tiempo de Felipe IV. Por ello, esta falta de pesos americanos tuvo que ser suplida por un incremento en la producción de 8 Reales peninsulares, principalmente en Sevilla, Toledo y Madrid, en especial en determinadas fechas como en 1651 (en la que emitieron moneda de plata, las 8 Cecas peninsulares) cuando la falta de confianza en la moneda potosina por falta de peso y ley, exigió su fundición y reacuñación en la Casas de Moneda españolas. De otro lado, la sobreproducción de moneda de cobre expresada en maravedís y la existencia de un remanente importante de moneda de plata de 2 y 4 Reales acuñado en los reinados de Felipe II y Felipe III, hizo innecesaria la emisión de cantidades importantes de moneda divisionaria en plata. La primera impresión que nos producen los precios de 4 Reales peninsulares de Felipe III que aparecen en las distintas ediciones de CALICÓ es la de ser excesivamente altos. Efectivamente, si comparamos los precios de CALICÓ con los de CAYON en ediciones aproximadamente de la misma época, vemos que los precios del primero son casi 4 veces los del segundo. Esto no nos debe sorprender si tenemos en cuenta lo que ya hemos venido señalando en el sentido de que así como en todas las ediciones de CALICÓ los precios de las Macuquinas siempre corresponden a una conservación VF, sin embargo en las distintas ediciones de CAYON las conservaciones de las Macuquinas han ido tendiendo a hacerse mas exigentes, ya que en la primera los precios que hemos ido deduciendo a falta de indicación en el propio catálogo corresponden a una conservación G, conservación que en ediciones mas avanzadas llega a VG, y en las últimas a F. Así, podemos explicarnos que un ejemplar común de Felipe III de 1613 de Sevilla con el Ensayador V se valore en CAYON 1980 en 8.000 P y este mismo ejemplar se valore en CALICÓ 1981 en 30.000 P. Estas diferencia resulta lógica si tenemos en cuenta que en un caso (CAYON) nos referimos a una pieza en conservación VG y en el otro (CALICÓ) a una pieza en conservación VF, cuya diferencia de precio, por conservación, es del orden de 4 veces el de la anterior. En cuanto a la visibilidad de los datos identificativos, nuestra opinión es que tanto en CALICÓ como en CAYON las valoraciones se refieren a visibilidades medias tal como las hemos definidos en entradas anteriores, ésto es la de aquellos ejemplares para los cuales se puede efectuar en forma segura la atribución de la Ceca, el Ensayador y la fecha, en función de los datos identificativos que aún sean visibles, el arte o estilo de diseño de la pieza, en particular los detalles del escudo del anverso y los leones y castillos del reverso, así como de los datos publicados en obras de referencia en las que constan en qué fechas y Cecas se acuñaron determinadas denominaciones y que Ensayador o Ensayadores operaban en ese momento en cada Casa de Moneda. Cuando este tipo de piezas aparecen en subastas lo usual es que los datos que son atribuibles en forma segura aparezcan entre paréntesis ya sean Ensayador, Ceca o algún dígito del año, con objeto de diferenciarlos de los datos legibles directamente. Los índices de rareza asignados por PELLICER 1971 a los 4 Reales de Felipe III de Sevilla y Toledo que hemos mostrado, oscilan desde R1 para 1611 de Sevilla con Ensayador B, hasta el R4 para el 1618 de Sevilla con Ensayador G. La mayor parte de las piezas tienen asignada una rareza R2 o R3. Los grados R4 y R5 son, en general, reservados para los ejemplares acuñados en el resto de las Cecas. Así, el 1621 de Madrid y las piezas de Granada reciben el R4, y el 1620 de Madrid y los ejemplares de Valladolid, el R5. Es de destacar la extraordinaria influencia de PELLICER 1971 en los catálogos posteriores en los cuales se referencian los 4 Reales de los Austrias. Esta es, cronológicamente, la primara obra que se ocupa de su catalogación, por lo que en nuestra opinión debemos darle una importancia equivalente al que en su momento supuso el HERRERA para los Reales de a 8. Las estimaciones de rareza e incluso los ejemplares reproducidos en PELLICER 1971 han ejercido una influencia directa, especialmente en las distintas ediciones de CALICÓ desde la primera hasta la de 2008 por lo que se refiere a la valoración de los 4 Reales peninsulares de la Casa de Austria. Mención aparte respecto a la evolución de los precios de los 4 Reales peninsulares del siglo XVII, merece el KRAUSE 2002 dedicado en exclusiva a las monedas de España, Portugal y del Nuevo Mundo, posteriores a 1600. Su antecedente inmediato cabe situarlo en el KRAUSE, editado en 1994 sobre Coronas y Talers emitidos desde 1600 hasta nuestros días. En él se recogen por primera vez estimaciones de precios de los 8 Reales españoles de Cecas peninsulares e iberoamericanas posteriores a 1600, en 4 grados de conservación, de VG a XF, siguiendo la tipología y el sistema de numeración del DAVENPORT. El segundo paso en este sentido, es proporcionado por la publicación de KRAUSE de 1996 en la que se catalogan todas la monedas a nivel mundial emitidas en el siglo XVII, completando de esta manera, el sistema de catalogación por siglos desde el XVII en distintos volumenes, ante la imposibilidad de referenciar todas las monedas emitidas desde 1800 en un único volumen, práctica que tuvo que ser abandonada después de la publicación de la 20 edición “de Monedas del Mundo”, a favor de la publicación en varios tomos, cada uno dedicado a un siglo. En la edición correspondiente al siglo XVII ya se referenciaban todas las denominaciones de Macuquinas, y no solamente las piezas de 8 Reales. FIGURA 69.1 Los precios de KRAUSE 2002 para los 4 Reales Macuquinos se inspiran directamente en la edición 1994 de CALICÓ. Si bien los precios se expresan para 4 conservaciones: VG, F, VF y XF, es fácilmente constatable que el salto de grado, supone aproximadamente la duplicación de valor, aunque no en una forma completamente automática. Es también fácilmente perceptible que los precios del CALICÓ corresponden a los de la columna VF de KRAUSE, al menos respecto a las piezas que hasta ahora hemos analizado, como los 4 Reales peninsulares de Felipe III. Así, las piezas de Madrid y Granada son valoradas en Krause 2002 aproximadamente al doble que los ejemplares de Sevilla y Toledo, y los de Valladolid a unas 4 veces mas que estos últimos. En general, creemos que esta publicación supone una guía realista para los precios de los 4 Reales Macuquinos peninsulares de Felipe III, una vez que hagamos los inevitables ajustes que procedan en función de la paridad €/$. Los precios del KRAUSE 2002 son muy similares a los de los 4 Reales Macuquinos peninsulares en el KRAUSE 1996, correspondiendo al hecho de no haberse producido elevación del valor de las Macuquinas en el periodo intermedio entre la publicación de ambas obras. Sin embrago, CALICÓ 2008 ya sí registra un incremento importante en el valor de estas monedas, que como en el caso de todas las Macuquinas ya sí se inicia en 2000, habiendo seguido una tendencia creciente, llegando a la práctica duplicación en términos de euros corrientes, en 2011 respecto a 2000. La FIGURA 69.1 muestra un 4 Reales de Felipe III acuñado en Granada en 1611 con el Ensayador Francisco Minguez (M). Las piezas de Granada de 4 Reales acuñadas desde 1600 a 1609 corresponden al tipo OMNIVM, apareciendo ya en PELLICER 1971 las piezas de 1610 y posteriores, referenciadas con la leyenda usual D.G. HISPANIARVM REX. Pese a ello, en 1611 y quizá también en 1610 debieron continuar acuñándose ejemplares con la leyenda OMNIVM como da fe la pieza reproducida en la FIGURA 68.5. Esta pieza tiene una extraordinaria legibilidad en cuanto a su fecha, apareciendo sus 4 dígitos en caracteres góticos, Ceca, Ensayador, denominación (IIII) y numeral del rey (III). La moneda tiene algunos vanos en ambas superficies, inevitables en la acuñación a martillo. El escudo tiene una forma que le diferencia claramente del empleado en Granada en fechas anteriores, siendo mucho mas corto y ancho, con forma casi cuadrada. El cuartel correspondiente a la bandera de Austria esta atípicamente constituido por dos líneas inclinadas y una horizontal. La pieza se encuentra en una conservación agradable, con un buen aspecto debido mas a su visibilidad de datos que a la ausencia de gastaje, que es generalizado aunque no intenso, por lo que su grado es F, al que le corresponde un valor de 400€ ya que las piezas de Granada son raras. También en consideración a la oxidación en los bordes y los vanos de acuñación, así como su alta legibilidad , fijamos su precio de mercado en 900€.
FIGURA 69.2
La FIGURA 69.2 reproduce la fotografía de otro ejemplar de 4 Reales de Felipe III acuñado en Granada en 1611 con el Ensayador Francisco Minguez (M). La pieza lleva la fecha en caracteres góticos, y su leyenda en anverso y reverso es la misma que la de la pieza anterior. Sin embargo, esta pieza es inmediatamente distinguible de la reproducida en la FIGURA 69.1, ya que el escudo tiene una forma rectangular y no cuadrada, siendo mucho mas largo que ancho, con las dimensiones usuales en las piezas de Granada anteriores a 1610. La forma del escudo dificulta la visibilidad de la corona que a diferencia de la pieza anterior, apenas es perceptible. También es de destacar la forma de la bandera de Austria, representada en este caso por dos líneas horizontales, completamente diferente de la de la pieza de la FIGURA 69.1. En la subasta CAYON 2000, todas las piezas de Granada de 1611 ofertadas tenían la enseña de Austria dispuesta de esta misma manera. El ejemplar mejor conservado con un grado equivalente al de esta pieza, pero con doble acuñación, se adjudicó en 75.000 P. La pieza se encuentra algo peor conservada que la anterior por lo que la consideraremos como F-. Su valoración en CALICÓ 2008 es 900€ y en CAYON 1998, 60.000 P. Para nosotros su valor es de 400€ y su precio de mercado de 700€ por tener menor visibilidad (numeral del rey) y módulo mas irregular que el de la pieza anterior. FIGURA 69.3
La FIGURA 69.3 muestra un 4 Reales de Felipe III acuñado en Granada con el Ensayador D. PELLICER 1971 no recoge la existencia de ninguna pieza de Granada emitida en 1614 por ningún Ensayador. Sin embrago, las sucesivas ediciones de CAYON en 1976, 1980 y 1998 sí incluyen referencia del 4 Reales de Granada de 1614, si bien con el Ensayador M que es el usual en esta Ceca dentro de la década de los 10. CAYON valora esta pieza aproximadamente al doble del resto de los 4 Reales de Granada de esta década. CALICÓ, por el contrario, no registra la existencia de esta fecha hasta su edición de 2008, y aun entonces, con el Ensayador M en lugar de D. En KRAUSE 2002 tampoco aparece la fecha 1614 entre los 4 Reales de Granada. La atribución de la fecha a 1614 es segura, ya que en el reverso se pueden apreciar con claridad las partes bajas de los 2 últimos dígitos (14). Además, en la subasta CAYON 2000 se adjudicó un ejemplar de 1614 de 4 Reales de Granada con Ensayador D en 90.000 P. Esta pieza tiene exactamente la misma representación de la bandera de Austria y la misma banda de la corona sobre el escudo, en base a eslabones encadenados, que las de la presente moneda. La conservación es similar a la de la pieza anterior, con desgaste bastante generalizado, por lo que su grado es F-. Por las circunstancias apuntadas consideramos a la pieza como muy rara, por lo que su valor sería de 800€. No obstante, la escasísima visibilidad de la fecha, reduciría su precio de mercado hasta la novena parte de este valor, ésto es 90€.
FIGURA 69.4
La fotografía de la FIGURA 39.4 corresponde a una pieza de 4 Reales de Valladolid acuñada a nombre de Felipe III en 1600 con el Ensayador D con un pequeño 0 encima. La Ceca de Valladolid se encuentra representa por 3 jirones alineados verticalmente. Todas las piezas de Valladolid posteriores a 1596 son muy raras, tanto de 8 Reales como de 4 Reales. En este caso, los 2 últimos dígitos de la fecha, no son en absoluto visibles por lo que la atribución a 1600 debemos hacerla en base a que la única fecha conocida de 4 Reales de Valladolid con 16 al comienzo de la fecha, y leyenda tipo OMNIVM, con círculo entre la leyenda del anverso y el escudo, es la de 1600, tanto en 4 como en 8 Reales. Por otra parte, ayuda a la identificación el examen de una pieza con idéntico arte reproducida en CAYON 2000, adjudicada en 200.000 P en la que la fecha es plenamente legible, 1600. En ambas piezas son característicos los leones con corona y el diseño descuidado de los castillos que también aparecen dan en las piezas de 8 Reales de esta época en esta Ceca. Las piezas de 4 Reales de Valladolid de Felipe III las consideraremos como muy raras, por lo que sus valores serían los de la escala usual que venimos aplicando, multiplicados por 4. En este caso, consideraremos a la pieza como VG- ya que aunque la acuñación es fuerte, la moneda esta notablemente gastada por su circulación, apareciendo borradas partes notables de su diseño. Su valor, por tanto, sería de 340€ que debemos reducir a un precio de mercado de 110€, por la no visibilidad de los 2 últimos dígitos de la fecha. FIGURA 69.5
La FIGURA 69.5 muestra un 4 Reales acuñado en Valladolid a nombre de Felipe III con el Ensayador H. En CAYON 1980 se referencia una pieza de este tipo con el Ensayador H fechada en 1611, no en 1610, y en CAYON 1998 aparecen las piezas de Valladolid de 1611 con el Ensayador H, de 1609 con el Ensayador V (sic) y 1612 con el Ensayador F. Las distintas ediciones de CALICÓ señalan la existencia del 1611 con el Ensayador H, pero no la de 1610. En la subasta CAYON 2000 se adjudicó un 4 Reales de Valladolid de 1611 con el Ensayador H, pieza que es reproducida tanto en PELLICER, como en distintas ediciones de CALICÓ. El examen visual de la pieza muestra con claridad los 3 jirones horizontales característicos de la Ceca de Valladolid, así como los 2 primeros dígitos de la fecha (16) y la sigla del Ensayador (H). Del tercer dígito solo es visible su base que tiene un trazo grueso algo inclinado hacia a la derecha, que eliminando el resto de los dígitos solo podríamos identificar como un 1. La cuarta cifra es muy difícilmente visible aunque entre la atribución a un 0 o a un 1, los dos únicos dígitos posibles con el Ensayador H, nos quedamos con la primera. El estado general de la pieza es VG+ al que le correspondería un valor de 130€ que multiplicamos por 4 al tratarse de una pieza de Valladolid, y por tanto considerada como muy rara, dando un total de 520€. Sin embargo, la escasa visibilidad del último dígito de la fecha disminuiría su precio de mercado hasta 150€.
FUENTE: http://www.administraciondigital.es/index.php?option=com_k2&view=item&id=129:69-evoluci%C3%B3n-de-los-precios-de-los-4-reales-peninsulares-de-felipe-iii «Fiat justitia et pereat mundus» |
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