1. Este primer ejemplar son IIII maravedís de Burgos de Felipe IV. Tiene un resello a VI maravedís de 1636 de Coruña, que como sabemos no debe llevar, ya que sólo eran objeto de este resello las piezas de 2 maravedís anteriores a 1602 y algunos cornados navarros. Aquí es posible que sólo el resello sea falso.
2. Otros IIII maravedís de Burgos, que no debe llevar ningún resello. Le colocaron el de IIII de 1603 y el de VI de 1636, como si de un ochavo se tratara. Toda la ejecución en esta pieza es de mala calidad, tanto los resellos como la moneda base, lo que muestra que tantos los unos como la otra fueron obra de los falsarios.
3. Este ochavo de la serie de 1651 batido en Madrid es auténtico, pero el falsario quiso multiplicarle el valor poniéndole el resello de VIII de 1641-2, que sólo las piezas de VIII maravedís de la serie de 1602 a 1626 llevaban.
4. Aquí tenemos exactamente la misma falsificación que en el ejemplo número 3. Se trata de un ochavo de Toledo de la serie de 1651 auténtico, y le colocaron un resello falso a VIII maravedís de 1641 con ceca de Madrid.
5. Otra falsificación sobre II maravedís de la serie de 1651 auténticos. La pieza originaria era de la ceca de Madrid y le pusieron una reacuñación del anagrama.
6. A estos 16 maravedís falsos, de la serie a molino (1661-1664), le colocaron un resello a 8 maravedís de 1652, totalmente anacrónico.
7. Idéntico ejemplo al número 6. 16 maravedís de Córdoba de 1664 con un resello a 8 maravedís de 1651-2.
8. El último ejemplo tiene por objeto a otros 16 maravedís falsos, de la ceca de Madrid, a los que pusieron un resello a VIII maravedís de 1641 de Toledo.